20 de enero de 2006

Galicia verde




Leyes de protección al medio-ambiente. En lo gramatical, una redundante palabrería (ambiente es sinónimo de medio). En lo legal, una tremenda hipocresía. Hay que derogarlas. Todas. Una tras otra.

Junto a la rimbombante y ramplona palabrería empleada por analfabetos muy profesionales (o profesionales muy analfabetos) suelen ir ideas, convicciones morales, construcciones mentales del mismo jaez.

¿Proteger la Naturaleza? ¡Eso suena bien! Hagamos un taller para los niños. Un centro de interpretación para los adultos. ¡¡¡Pintemos la mona muy alegremente!!!

Ahora, la realidad: No existe Naturaleza en Galicia.

Si exceptuamos a no más de 10 comarcas cada vez más exiguas, que por pura dificultad de acceso aún no han sido “civilizadas” y reducidas a cenizas, hablar de Naturaleza en Galicia es hacer una broma de dudoso gusto.

Las palabras sirven para muchas cosas y, como los profesionales de la palabra bien saben, para mentir (faltar a la verdad le llaman los embusteros).

Podría decirse como mi tío del pueblo, que el gusta de la Naturaleza, mirando en derredor. Yo miro con él y sólo veo xestas y uces.

Triste definición los que consideran que Naturaleza es igual a verde.

Pero conformista, porque eso es tanto como reconocer que Galicia (verde cuando no negra), tiene una saludable vida natural. Y si no, ya vendrá D. Manuel con el bote de Titanlux color esperanza...

Con ese razonamiento, Naturaleza es todo ser vivo. Un pardal en el tejado de una urbe, una rata en sus cloacas, un conselleiro en su despacho, hasta el liquen en el pazo de Meirás.

Con propiedad, yo prefiero entender por Naturaleza a aquella parte del territorio en la que, a pesar de la mayor o menor intervención de sus hijos bípedos y sin plumas, la distribución de los seres se sigue rigiendo por sus sabias y caprichosas leyes y no por el ordenamiento civil, las leyes de la oferta y la demanda, o algún decreto-ley.

Así, habrá algún paisano que se vea sorprendido al saber que Extremadura posee mayor biodiversidad que Galicia.

- Como? Ese desierto igual que esta tierra siempre verde?

Naturaleza = verdura, razonamiento del gallego medio.

Al final, el bosque atlántico de especies autóctonas se ha visto reducido a pequeñas manchas en los lindes de las fincas, en las vegas de los ríos, o en zonas escarpadas de muy difícil acceso.



En su lugar, el verde de tierras de labor (hoy en su mayoría abandonadas) o pastizales.

Monte bajo como primer estadio de recuperación del incendio del año pasado, que no pasará de mero proyecto de bosque porque al año siguiente volverá a arder.

Repoblaciones con Pinus Radiata y Eucaliptus Globulus, especies ricas en celulosa y de rápido crecimiento. Hay más riqueza biológica en el Cabo de Gata (Almería) que en un frondoso bosque gallego...monocultivo de Pinos o Eucaliptos.

...y el negro. El negro del asfalto y del fuel, de la madera quemada, de la conciencia de los políticos. Pero también negro de los tejados de pizarra de los chalets y urbanizaciones, del habitat disperso y economía de subsistencia que definen en los libros de Geografía nuestro rural. De una agricultura y ganadería que destruyen cien para sacar uno.

No considero todo lo anterior como Naturaleza, ya que no es ella la que ha decidido la existencia y disposición de cada ser vivo, y sí la mano del hombre y sus intereses. Y por lo tanto veo ridículo el protegerla mediante leyes.

En todo caso, un atentado contra el monte gallego es tan grave como pisotear los nabos de la huerta del vecino o el césped de su jardín. Eso es el monte gallego, la huerta o el improductivo jardín del que algunos están haciéndose ricos y del que otros están sacando algo para ir tirando sin salir nunca de la miseria. Entre todos la matamos y el bosque solito que ardió.

Porque...quién sino un idiota se volcaría en reciclar papel? Quién sino el más cínico de los hipócritas el más político de los demagogos, el más periodista de los incultos, apoyaría la vaga idea de que reciclando salvamos la naturaleza? Reciclando hacemos de mano de obra gratuita a un lucrativo negocio. PUNTO. Si queremos salvar el monte lo primero es no pegarle fuego. Que a quien le van a cortar el cuello no se preocupa de rasurar sus barbas. En fin, que si todos pusiésemos un granito de arena, no llenaríamos ni una carretilla. Y mejor que el Estado ponga una Caterpillar y se deje de frasecitas de maestrillo de parvulario.

-Con una tonelada de papel reciclado salvamos la vida a un árbol! Nos dicen los bienpensantes. A ellos metía en la cárcel antes que los pirómanos. Su culpa y su daño es mayor, por distraer la atención.


Yo, la verdad, plantaría dos árboles. Uno para compensar esa tonelada de papel que dejaré de reciclar en toda mi inútil vida y, el otro, para disfrutar de su sombra cuando ésta vaya a terminar. Yo los plantaría (sería dos veces santo, dos veces bueno a los ojos de la buena sociedad) pero, como sé que van a arder, no los planto. Así evito que alguien les tenga que pegar fuego para que alguien compre madera más barata para que alguien se haga rico vendiéndome el papel, limpio para que lo ensucie yo en mi intimidad, o ya ensuciado por otros de forma aún más ultrajante tanto para la verdad como para la blancura del papel.

¿Como decía el navajo ese? Ah, si. Cuando haya ardido el último carballo, en sus rescoldos se consumirá el derecho a llamarnos gallegos. Dios sabe qué clase de monstruos seremos, pero habremos perdido el derecho a llevar el nombre de una madre que, por acción u omisión, hemos contribuído entre todos a matar.

Hemos reducido en menos de un siglo a una madre bella y generosa a despojos. ¿Dónde están las fragas y carballeiras que dieron razón de ser a nuestra cultura, a lo más profundo de nuestra conciencia colectiva? ¿A Santa Compaña atravesando repoblaciones de eucaliptos?

Y lo peor de todo, es que después de semejante crimen, hemos obtenido un magro beneficio de ello. Hemos vendido a nuestra madre por 4 reales. Y ya no tenemos su compañía, ni dinero y bienestar que nos consuele. Seguimos siendo un territorio económica y culturalmente subdesarrollado.

Somos peor que parricidas. Somos imbéciles.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cústame,mais aquí estou. Hoxe camiñei devagar polo teu blog, chámase así non? Ben, pois deixei perder o ollar simplemente nas cores, na auga ou na luz das fotos. Dos comentarios, do que interpretas, do que pensas...pasei de rallarme coas túas elucubracións, pero veume á mente o día aquel en que tomabamos unha cervexa no peirao de San Adrián, lembras? E falabamos da falacia dun mundo, non, dunha sociedade, dun home, que baseándose nunha superficial e enganosa formación está a esquecer o fundamental: so somos parte dunha forza panteica e telúrica, unha natureza que pretendemos delimitar, parcelar, que traficamos e especularmos co seu valor "económico". Inversións a grande escala:desenvolvemento en vías de comunicación, desenvolvermento turístico, crecemento urbano e social...ventas, compoñendas e trapicheos,posesións, pertenzas, millóns...poder do diñeiro. Símbolo prestixio social.
E os camiñantes de a pé? diferenciámonos? Botamos man da sabiduría popular, esa tan rica e tan baseada na lóxica? Si, botamos, a imaxe dos grandes inversores, pelexamos polo poder mediático da terra: postes, enturros, sebes,...marcan o meu fronte ó dos outros, non pasa o veciño porque non ten dereito á entrada, aínda que exista unha lei baseada no uso coñecida como "costume",quizais me leve a terra do solar nos pes. E se o lindeiro precisa un anaco teu para poder construir o seu fogar, entón...euros ó peto!!! con esta terra que non é súa, que non é miña, que non é de ninguén porque foi dos antergos,porque nos superará a nós, ó polvo dos nosos ósos e das nosas vivencias, chegará ó futuro e alí mesturará nunha aperta cíclica os devanceiros cos que han chegar, e se daquela puidese, proxectaralles, coma se de filminas se tratase, o debuxo que a nosa ignorancia ontolóxica lle deixou a pel chea de pegadas: ollarán entón a face dunha natureza, dun ser infindo, burlándose ergueita dos intereses, das controversias, das falacias duns ingratos que pretenderon ó longo dos tempos meter no peto a esencia do mundo. A terra que é miña, é túa ...é de todos. Non lle poñamos cotos, é coma pauta-lo pensamento.
´.... Ala toca clase de literatura. Bicoooooooooooooos