4 de octubre de 2006

Decadencia

La típica historia de extravagancia para millonarios que sirve para rellenar las páginas de sociedad de un periódico.

La mermelada más cara del mundo

Existe un tipo de gente, por lo general de baja cultura, que fantasea con vivir esa vida de magnate, derrochando el dinero en insensateces como la anterior, y devoran las páginas de las revistas de cotilleos, o de coches de lujo, como un adolescente ante su primer Private. Masturban su ambición con las descomunales llantas del último Maybach, o la grifería de oro de la casa de la puta...digoooo, tonadillera de turno.



Lo lamento por esa clase de marujos/as. Que noticias como ésta puedan ser ciertas, y que haya gente que las lea y no tuerza el gesto de repugnancia, es la medida de la decadencia de las sociedades occidentales.

El despilfarro de unos pocos cuando la mayoría está con el agua al cuello es una depravación, es además grotesco y hortera, de bajeza moral y ramplonería estética. Exhibicionismo grosero e impúdico, en un mundo lleno de necesidades. No se trata de dar limosnas, que no solucionan los problemas estructurales. Pero al menos, que no alardeen de acumular lo que a otros les falta.

En resumen: hay un grupo de gente a la que les sobra el dinero. Y tienen que recurrir a toda su imaginación, y la de otros, para saber en qué gastarlo. La hight society actual, recuerda en su depravación a las decadentes fiestas de Luís XIV, o de los Emperadores romanos, o cualquier otro imperio habido o por haber en la Tierra.

La sobriedad, la sabiduría, la honradez, el honor... ¿qué lugar tienen en este burdel de las vanidades que estamos construyendo?

A ver si llega el día en que hagamos tabula rasa. O, según el dicho castizo:

BORRÓN Y CUENTA NUEVA.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No puedo negar que me he quedado mirando un buen rato ese magnífico coche, pero igual que miraría cualquier otra cosa que fuese bella, como los coches de época que vimos hoy en la biblio, una escultura, una pintura, una fotografía... todo ello lo miraría sin afán de poseerlo y así debería ser para todos. Es penoso e indignante que se alardee de una riqueza mal repartida, mientras otros ya ni siquiera osan soñar y la esperanza se queda en una utopía.

Mendiño dijo...

Ah! Si bonito es rato largo, desde luego. Es un Maybach Exelero, un prototipo con una burrada de caballos. Todo un ejercicio de estilo e ingeniería. Si en eso, por supuesto, lo admiro.

Lo que me jode es que haya mentecatos que estén tan inmensamente forrados que puedan permitirse esos lujos. Es injusto que alguien tenga tanto dinero, lo ha tenido que robar, porque trabajando no se llega a eso.

Por poner un ejemplo: ese coche no está a la venta, pero la marca, Maybach, es la división de lujo de Mercedes (que no son baratos, precisamente). El más barato sale por 415.000 ouros, que pasado a pesetas vienen a ser unos 70 kilos. Y los hay mucho más caros...

Esos desequilibrios van a traer mucha violencia, como ya ha ocurrido en otros momentos de la historia. La solidaridad con el 3er mundo no es una tontería de hippies, es una absoluta necesidad, también para nuestra sociedad. Y además: es justo.