1 de octubre de 2006

El periodista y la cultura

Es comunmente aceptado que todo periodista, para poder ejercer como tal e incluso para licenciarse, tiene que especializarse en comerse pollas intelectuales del tamaño de una farola.

Porque todos tenemos unas posiciones ideológicas, e incluso podríamos debatir sobre si las opiniones de un profesional deben o no condicionar su labor informativa. Pero no se trata periodistas comprometidos con su conciencia, se trata de marionetas que escriben las "noticias" que pueden complacer al que les paga.

Como ejemplo, acordaos cuando esta tipiña cantaba las bondades del régimen aznarista y ahora, sin tan ni siquiera cambiar de peinado (horreur!), proclama la victoria de la izquierda del buen talante.



Ahora imaginémonos a esta señora el día en que el PCE gane las elecciones, empezando el telediario con el puño en alto, vestida un con uniforme militar verde oliva, y empezando con las palabras: "camaradas compañeros...".

Forcemos la imaginación, ¿como presentaría el telediario esta "periodista" si un pronunciamiento militar fascista se volviera a hacer con el gobierno de España? ¿Y si la contratasen en la ETB?

El problema no es que los periodistas tiñan con el color de su ideología la realidad que nos ofrecen. El problema es que los periodistas no tienen ideología, o mejor dicho, tienen una ideología sintonizable. Sintonizable con la de su jefe. Así, se convierten en monitos que deforman la realidad para hacerla soportable a la dirección de un periódico.

Es evidente, La Razón y El País no pueden estar hablando del mismo planeta Tierra. El Mundo habla de un atentado en Madrid que debe ser un Madrid selenita. Y visto lo visto, Telemadriz está adentrándose en una realidad paralela.

Pero bueno, que los periodistas no tienen conciencia, o la tienen, puesta a la venta y en oferta de temporada...no es nada nuevo.

Además de escribir sin interés por ofrecer un análisis objetivo y desapasionado, desde un punto de vista neutral, sino más bien todo lo contrario. En vez de explicar la relidad y dejar que sea el lector el que opine, le deforman la realidad a su conveniencia para que el lector vea como la realidad se adapta y corrabora sus opiniones.

Además, es que escriben rematadamente MAL. Ya no sólo en la forma, que los que redactan las noticias para que las lean los monicreques que salen en la televisión...había que detenerlos por un delito de lesiones e intimidación al idioma castellano.

Es que además, muy frecuentemente...no tienen ni idea de lo que hablan. Cobran por hablar de lo que no saben.

Veamos, un ejemplo, escaneado del diario Metro (no por ser gratuito es peor), que ilustra la noticia de la intervención quirúrgica en condiciones de ingravidez, por si algún día hay que operar a un astronauta (una estupidez donde se gastan nuestros euros, que digo yo que sería más interesante invertirlo en más medios, por si a lo mejor un día se reduce la lista de espera, o se puede pagar un dispensario en una villa del Tercer Mundo).



Errores que se pueden detectar en el primer párrafo:
"Nariz. El avión acelera 1,8 veces la velocidad de la gravedad (9,8 m/s)"

- Nariz. ¿?¿?¿?¿¿ Quizá para el que confeccionó este esquema tenga algún sentido, pero yo ignoro a qué se refiere ¿Al morro del avión? ¿Al inicio de la trepada? Lo ignoro.

- ...la velocidad de la gravedad. Creo que es en 8º de EGB cuando nos empezaban a hablar de la aceleración de la gravedad.

- 9,8 m/s. Si fuera una velocidad, efectivamente, se mediría en m/s. De todas formas, ese valor tampoco es constante sino que depende de la distancia, pero quizá sea rizar demasiado el rizo para el pobre periodista. Así pues, consideremos g=cte=9,8 m/s^2

- El avión no le hace nada a la pobre gravedad. El avión, no acelera la gravedad, en todo caso acelera a 1,8g. Es una preposición, no es grave, pero consigue aumentar la confusión.

- Ya después de corregir todos estos defectos, sigue sin entenderse cabalmente:
"El avión acelera a 1,8 veces la aceleración de la gravedad"
Si el avión inicia la trepada, dificilmente puede acelerar. Antes bien, empezará a perder velocidad que transforma en altura (energía cinética por potencial: 3º BUP). Así pues, sufre una aceleración en el sentido de la marcha negativa, no acelera sino que decelera.
Supongo que se refiere, viendo el esquema, a que el piloto, al tirar de los mandos, imprime al avión una aceleración en la componente vertical y en sentido ascendente de 1,8g, cuya reacción en el pasaje se viene a sumar a la aceleración de la gravedad provocando que los pasajeros experimenten en la trepada aceleraciones del orden de 2,8g.

No hace falta haber estudiado física para saber ésto. Un periodista que haya hecho un bachillerato decentito debería tener lo anterior controlado. La experiencia me dice que no (volúmenes medidos en metros cuadrados, confusiones con los procentajes...). Y no sólo en los conocimientos técnicos, también he leído colosales meteduras de pata, como cuando calificaban a las descargas por internet de ilegales, en contra de cualquier sentencia judicial hasta el momento.

Todos hablamos en algún momento sin saber muy bien de lo que hablamos, quizá sea un defecto nacional la charlatanería. Sin embargo, que esta especie de los periodistas se empeñe en hablar de lo que no sabe, metiéndose en camisas de once varas que le van muy anchas a sus entendederas, y pisoteando idioma y ciencia como la conocida imagen del elefante en la cacharrería...Y QUE ENCIMA COBREN POR ELLO!!!

Supongo que en algún rincón existirá un periodista íntegro e inteligente. Lo malo es que estará en el paro, o trabajando de cualquier otra cosa.

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